En la última entrada de éste nuestro blog, hace eones, hablé sobre un visitante peculiar de la ciudad de Iruña y mencioné las posibilidades que podría ofrecer el "rewilding" en zonas urbanas, pues bien hoy traigo un caso cercano donde se ha llevado a cabo tal actuación con muy positivos resultados, el anillo verde de Gasteiz.
Creado en los años 90, el anillo verde de Gasteiz es un conjunto de parques periurbanos conectados entre si mediante corredores ecológicos que rodean la ciudad homónima, se caracteriza por albergar diferentes biomas o ecosistemas que albergan a su vez multitud de especies, muchas de ellas amenazadas, además de atraer a miles de personas, tanto residentes como turistas, que acuden a realizar toda serie de actividades en la naturaleza o simplemente a evadirse del estrés de la rutina en la bulliciosa ciudad.
Todo este conjunto de parques, jardines y demás desembocan en el mas característico de los rincones de este anillo verde, el parque de Salburua, una zona de aproximadamente 206 hectáreas dentro de cuyos limites acoge uno de nuestros ecosistemas mas infravalorados, peculiares y a la vez hermosos, los humedales endorreicos, tras ser arrancada de las garras del inevitable destino que han corrido los humedales a lo largo de la historia, la desecación para cultivos o, mas recientemente, la construcción, y ser restaurada para gozo y disfrute de todos, especialmente de la fauna y flora que en ellos se refugia.
El parque esta formado por varias lagunas endorreicas alimentadas por un acuífero subterráneo y por sus respectivos hábitats como son los carrizales, praderas inundables, bosques aluviales de robles y álamos etc. Esto sirve de atractivo a innumerables especies de aves que acuden a la zona para reproducirse, pasar el invierno o descansar durante sus largos viajes migratorios, también sirve de atractivo a anfibios, reptiles, invertebrados o mamíferos como el jabalí (Sus scrofa) cuyos rastros son visibles por todo el parque, u otros mas escasos y amenazados como el visón europeo (Mustela lutreola) o la reciente aparición del castor (Castor fiber) que avanza en su recolonización, sin prisa pero sin pausa.
Pero todos estos animales "de pelo" mas crípticos y de vida eminentemente nocturna y esquiva se ven eclipsados por la verdadera estrella del lugar, una población de ciervos (Cervus elaphus) que vive en regimen de semilibertad en el corazón del parque y una de las razones de mi visita. La función de estos animales es la de controlar la vegetación del parque creando y manteniendo paisajes abiertos, beneficiando a multitud de especies, y dar a la zona un aspecto mas salvaje por lo que viven de una forma prácticamente "natural" si no fuera por las labores de marcaje o de control de población a la que deben ser sometidos cada cierto tiempo para evitar que su excesivo numero degrade el ecosistema.
Siempre es buena época para visitar Salburua pero por estas fechas se junta la migración postnupcial de las aves, que comienza a estar en sus puntos mas fuertes, con el celo de los ciervos, conocido como berrea, en el cual los machos intentan perpetuar su linaje apareándose con el máximo numero de hembras posible e intentar atraerlas mediante una sobrecogedora demostración de vigorosidad y fuerza compuesto por fervientes luchas entre machos entrechocando sus astas intercaladas con un característico bramido que da nombre a este aspecto tan archiconocido de su biología, así pues, el pasado 26/09/20 decidí pasarme por allí para probar suerte.
Mi actividad se concentró entorno a la laguna de Arcaute, la mas grande de todas y donde se encuentran los ciervos. Llegué sobre las 16:30, el sol pegaba con fuerza y aun era pronto para escuchar las baladas de los señores del bosque así que decidí meterme en uno de los observatorios. En consecuencia de un caluroso verano y un otoño por el momento no muy distinto el agua de la laguna estaba bajo mínimos pero eso no impedía que de ella manase vida, entre las aves residentes de la zona destacaban los invisibles rascones (Rallus aquaticus) que reclamaban entre la vegetación, sus parientes menos reservadas las gallinetas (Gallinula chloropus) se alimentaban en la orilla en grupos que contenían juveniles del año y adultos, en las zonas mas profundas se concentraban algunas fochas (Fulica atra) y en un momento dado hizo su aparición un ánsar (Anser anser) perteneciente a una pequeña población reproductora de origen incierto (quizá ejemplares invernantes que vieron en el parque un hogar acogedor). De migradoras andaba la cosa un poco escasa pero entretenida, las estrellas del lugar fueron sin duda las cercetas (Anas crecca) y las gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus) distribuidas por toda la lamina de agua, las segundas anátidas en abundancia eran los cucharas (Spatula clypeata) dispuestos en pequeños grupetes entre las abundantes cercetas, en cuanto a limícolas las orillas estaban regentadas por agachadizas (Gallinago gallinago) y avefrías (Vanellus vanellus) y en menor medida andarríos grande (Tringa ochropus) y un par de chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula) además de unas solitarias aguja colinegra (Limosa limosa) y correlimos menudo (Calidris minuta) que seguía muy de cerca a los chorlitejos, entre las zancudas de gran tamaño destacar tres cigüeñas blancas (Ciconia ciconia), varias garzas reales (Ardea cinerea), garceta común (Egretta garzetta), bueyeras (Bubulcus ibis) y un pequeño grupo de espatulas (Platalea leucorodia). Tanto en el observatorio como en los alrededores eran abundantes, aunque en menor medida que días atrás, distintas especies de paseriformes migradores como papamoscas cerrojillos (Ficedula hypoleuca) y grises (Muscicapa striata), colirrojos reales (Phoenicurus phoenicurus) y petirrojos (Erithacus rubecula) que se unían a las poblaciones de cetia ruiseñor (Cettia cetti), Mirlos (Turdus merula) entre otros, a medida que avanzaba el día en los arboles de alrededor se concentraban dormideros de torcaces (Columba palumbus) que fueron importunadas en repetidas ocasiones, así como el resto de las aves de la zona, por una hembra de aguilucho lagunero (Circus aeruginosus) que intento en vano cazar algo.
Venado de gran tamaño desplazándose por la laguna
Los ciervos estaban esparcidos por toda la parcela, la mayoría cerca del agua, entre la vegetación acuática, alimentándose de los bulbos, rizomas y partes aéreas de las eneas, los lirios y otras especies así como protegiéndose de las violentas embestidas del sol entre el fresco lodo de las orillas, conforme avanzaba la tarde y las temperaturas se suavizaban fueron saliendo de sus escondrijos y juntándose en una pradera cercana.
y esto es todo por el momento...
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