sábado, 2 de julio de 2022

DESCUBRIENDO AL-ANDALUS (II); BERREA POR RONCA



 Como ya he comentado en otra ocasión todos los años suelo bajar a Jaén de vacaciones, concretamente a Belerda, un pequeño pueblo muy rural ubicado en las faldas de la enigmática sierra de Cazorla, hogar de mis abuelos y sitio al que tengo especial cariño. Como norma general solía ir los meses de Julio y Agosto, lo que me permitía mi calidad de estudiante, pero ahora en calidad de trabajador y con el beneficio de unas jugosas vacaciones he conseguido viajar en dos ocasiones, una en el mes de Octubre (del 10 al 17) y otra del 28 de Mayo al 03 de Junio donde me he encontrado con dos caras muy distintas de un mismo lugar en diferentes momentos de su fenología, así pues, he decidido relatar en sendos post mis dos viajes a este maravilloso lugar y las cosas que allí he encontrado, comencemos.

Mi aventura empieza el 10 de Oct de 2021, a pesar de estar casi en otoño tanto ese como el mes de Septiembre habían sido particularmente secos lo que provoco que gran parte de la península arrastrase una gran resaca veraniega desde finales de Julio, esto se reflejaba muy bien en mi primer destino a mitad de camino (ya que 8 horas de viaje se hacen muy largas y conviene parar a descansar) las tablas de Daimiel, un humedal que junto a otros forma la conocida como mancha húmeda, ubicado en Ciudad real y una zona que ha sufrido, como muchos otros humedales, toda una serie de maltratos como la canalización de uno de los ríos que lo nutrían, el Guadiana o la sobre explotación de sus acuíferos para múltiples usos sumado a la cada vez mas seca climatología de la zona pero que todavía resiste los embates albergando en su interior una rica y variada diversidad de especies.

Como ya he comentado, la implacable sequia había hecho mella en la zona, gran parte de la laguna estaba seca y solamente se concentraba el agua en unas pocas zonas donde también se apelotonaban las faunas del lugar, entre las aves podemos destacar a las primeras migrantes que comenzaban a descender desde sus zonas de cría para descansar en sus viajes o permanecer allí durante todo el invierno como rabudos (Anas acuta) o ánsares (Anser anser), en estos últimos había un gran numero (cada vez menor) de ejemplares migrantes que se sumaban a las crecientes poblaciones residentes que habitan la zona, entre toda esta algarabía de anátidas y limícolas como las avefrías (Vanellus vanellus) se podía atisbar la lejana y grisácea figura de una solitaria grulla (Grus grus) que se alimentaba entre la vegetación, probablemente de los primeros ejemplares que se dejaban ver por la península.

                                                                                      
                          Ánsares comunes alimentándose en la orilla                                                         
  
 

                        Solitaria y lejana grulla entre los ánsares


Digna de mención es también la gran cantidad de galápagos europeos (Emys orbicularis), algunos de un tamaño considerable, que se veían por la zona, nunca había visto tantos juntos y me alegra saber que en esta zona encuentra uno de sus últimos bastiones una especie tan escasa y amenazada.

                     Galápago europeo tomando el sol en la orilla




Finalmente llegué a mi destino que no lucia muy distinto a como acostumbro a verlo en los meses de verano, con la vegetación herbácea aun amarillenta y las hojas de arboles y arbustos agostadas por la falta de agua que solo se acumulaba en los caudales principales, aunque, eso si, las temperaturas eran mucho mas suaves, sobre todo por las noches.

Debido a que el pueblo esta ubicado en la sierra no hay que irse muy lejos para empezar a ver cosas, entre las faunas mas abundantes en los alrededores destacan las cabras montesas de la subespecie del sureste (Capra pyrenaica hispanica), la mayoría hembras con crías ya que los machos se refugian en zonas mas altas, y también las graciosas y agiles ardillas (Sciurus vulgaris) muy abundantes en todo el territorio, pero para poder disfrutar de paisajes y especies en condiciones conviene adentrarse mas en la sierra.

                          Diferentes hembras de cabra montes con sus crías


                        Macho montes vigilando desde lo alto de una peña


                      Macho montes mirándome desconcertado en algún lugar de la sierra

     Las inquietas ardillas, muy fáciles de observar pero difíciles de fotografiar



Mi objetivo en este viaje era observar el celo de los dos cérvidos presentes en la sierra, la berrea del ciervo (Cervus elaphus) que comienza a principios de Septiembre y acaba a principios de Octubre donde lo releva el gamo (Dama dama) con su particular ronca, para el señor del bosque iba un poco    tarde pero confiaba en poder escuchar al paleto en todo su esplendor, eran frecuentes en la sierra grupos de hembras con crías de ambas especies donde se apreciaba como la cornamenta poco desarrollada de los varetos (ejemplares de segundo año que acaban de desarrollar la cuerna) había perdido la borra, aunque estos ejemplares todavía no tenían oportunidad de luchar por el derecho a aparearse. 

                     Cervatillo curioso
Cierva alimentándose de bellotas

Varetos (ejemplares de segundo año) luciendo su característica cuerna en forma de vara

Gama entre la vegetación

Gama junto a su gamato

Otro vareto, esta vez de gamo, se aprecia también un color mas cenizo en las partes delanteras, pelaje que adquieren en época de celo los machos




Era frecuente que a los grupos de gamas los siguieran imponentes machos con sus palas desnudas esperando a que estuviesen receptivas, pero mas allá de eso todavía no parecían estar muy por la labor, en las esperas nocturnas y crepusculares pude ver algún macho defendiendo su "lek" midiéndose las cornamentas con otros y algún tímido ronquido pero poco mas, los que, para mi grata sorpresa, dieron mucho mas juego fueron los ciervos, que inundaban la sierra con sus espectaculares bramidos y aunque solo pude ver un venado, al cual por desgracia no pude fotografiar, el ruido del entrechocar de sus astas en la oscuridad me estremeció, todo un espectáculo.


Gamo alimentándose

Macho siguiendo de cerca a una hembra y su cría


Gamato observando la escena

Pareja de rabilargos (Cyanopica cooki) durante una de mis esperas bajo las ultimas luces del día



Otras especies que observé durante mi estancia en el lugar fueron el muflón (Ovis gmelini), introducido en los años 90 en la sierra con fines cinegéticos y que parece haberse adaptado muy bien a la orografía del lugar, un animal que nunca falla en mis paseos, y el jabalí (Sus scrofa) una especie que me hizo ilusión ver porque suele ser bastante reservado en la zona y no lo veo todos los años, con este completé los "big five" de Cazorla en cuanto a ungulados se refiere.

Hembras de muflón cruzando una pista

Machos de la misma especie con sus imponentes cornamentas

Jabalina con sus jabatos a la carrera bajo la mirada de dos cornejas (Corvus corone)




Y entre una cosa y otra fueron pasando los días y tuve que abandonar tan hermoso lugar para volver a mis quehaceres diarios con la promesa de regresar, y así lo hice mucho antes de lo que solía, donde me encontré un mundo mucho mas verde en el que las escama y la pluma ganaron con creces al pelo, pero eso lo dejamos para otro post, hasta entonces...